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lunes, 13 de junio de 2011

Contraste entre el criterio de verdad de la correspondencia y el criterio de la coherencia.

Héctor Navedo Aponte
Autor
La verdad tiene una connotación de respaldo. Wright (2007, pp.275) destaca que:
“a efectos de facilitar la exposición, en ‘verdadero’ como predicable de proposiciones y en la propuesta positiva deflacionista, según la cual, en el uso más básico, la palabra es esencialmente un recurso de respaldo que, excepto en casos en los cuales el contenido de la proposición respaldada no está dado explícitamente, o en los cuales está implicada la cuantificación sobre proposiciones, puede ser totalmente dispensado a favor de una simple aserción de la proposición caracterizada como ‘verdadera’.

‘Verdad’ es una doctrina del esencialismo, es que existe una definición universal y precisa para el término. Regularmente, los adjetivos se convierten en sustantivos. Por ejemplo, Jessica es buena. La verdad no tiene esencia. El término ‘verdad’ tiene una connotación emotiva de aceptación o rechazo. Por ejemplo, cuando le dices a tu hija “yo estoy en contra del sexo antes del matrimonio”, el mensaje que se quiere llevar es que rechaza el sexo antes del matrimonio. Aquí no hay verdad ni falsedad, solo se utiliza la palabra para persuadir a otra persona.

Para Wright (2007, pp.268)

“el principal punto es que, no obstante el hecho de que la concepción del debate tradicional acerca de la verdad racionaliza muchos de los movimientos hechos y que, por lo tanto, sin duda refleja las intenciones de muchos de los protagonistas, en la medida en que está centrada en un análisis reductivo del concepto, no es la indicada para generar la interpretación más fructífera del mismo”.

La parte emotiva juega un rol muy importante en la apreciación de las personas en relación a la ‘verdad’. El concepto de la ‘verdad’ es realista. Quiere decir que antes de que nosotros descubriéramos algo, ya existía. Por ejemplo, los metales cuando se calientan se expanden, eso ya existía aun antes de descubrirlo. En contraste, si nosotros colocamos un letrero de Pare en una calle, eso no fue descubierto por los seres humanos. Eso es catalogado como un invento humano. Cuando se habla de los hechos se asume que se descubren y que no se construye. El criterio de correspondencia donde ha dominado más ha sido en las ciencias naturales. Hasta el siglo 19 pensábamos que los delfines eran peces. Se clasificaban a los murciélagos como pájaros. Ambos no ponen huevos, su cría nace viva. La madre le da leche mamaria, lo que significa que son mamíferos. La ‘verdad’ en la ciencia podría llamarse un acuerdo. Las personas en consenso llegan a un acuerdo, el cual se respeta o valida alrededor del mundo. Una vez la teoría se tambalea o se invalida, se llegan a nuevos acuerdos, como ocurrió con los delfines.
Wright (2007, pp.293) expone que:
“Una concepción pluralista de la verdad es también atractiva filosóficamente, en tanto que como una descripción que nos permite pensar la verdad como constituida de forma diferente en diferentes áreas del pensamiento, podría contribuir a una explicación más aguda de las apelaciones diferenciadas de las intuiciones realistas y anti-realistas con respecto a ella”.

Por otra parte, las falacias se ejemplifican cuando se le quiere hacer daño a una persona a base de mentiras. X y Z son parientes, suponer que la persona X es corrupta, no significa nada contra su pariente Z. Eso se llama error por asociación.
El criterio de coherencia aborda que lo que permite que algo sea cierto es la constitución interna del enunciado. Algo puede tener lógica y coherencia pero ser falso. La coherencia interna es un conjunto de creencias que tienen unas personas.