McMillan
(2005, pp. 277) ilustra que al igual que sucede en la investigación
descriptiva, tampoco se pueden hacerse conclusiones causales. Lo mejor que se puede sacar como conclusión
es que existe una diferencia o relación. Nunca se debe inferir una causalidad a
partir de una correlación. Este
principio se pasa por alto fácilmente, ya que algunos estudios comparativos
parecen establecer una conexión causal entre las variables dependiente e
independiente. Por ejemplo, suponga que
se describe que los alumnos de colegios privados superan a los de los colegios
públicos. Es tentador concluir que la
razón, o la causa, de la diferencia es la naturaleza del colegio. Sin embargo, hay otras muchas explicaciones
posibles, como por ejemplo, las diferencias en la implicación de los padres o
la situación socioeconómicas de los alumnos.
Para
McMillan (2005, pp.285) existen dos razones para que no se infiera causalidad
de la correlación; primero, una relación entre X e Y puede ser alta, pero no
hay forma de saber si X causa Y o Y causa X, segundo, puede haber variables no
medidas que afecten a la relación.