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viernes, 13 de julio de 2012

Motivación y aprendizaje


Héctor Navedo Aponte

 ¿Qué significa?
-       Beltrán (1993) define la motivación como “el conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta”.
-       Romero y Pérez (2009) definen la motivación como;
“un constructo influido por una amplia variedad de factores, tales como las experiencias previas, la percepción sobre la propia capacidad o competencia, las creencias de control y atribuciones causales, los intereses e inclinaciones personales, el valor esperado, el contexto socio cultural y familiar, etc.”



-       Becerra Alonso (2012) define aprendizaje personalizado como;
“Procedimientos para la autoeducación de los que la persona se apropia en la actividad y la comunicación.  Al convertirse en recursos de autorregulación le permiten alcanzar metas superiores.  Se perfeccionan y transfieren.  Permiten el control y la valoración en el propio aprendizaje.  Se desarrollan tanto en el proceso de estudio que realiza la persona con la ayuda de otros (docentes, estudiantes, y otras personas), así como en su actividad cognoscitiva independiente, lo que contribuye a la formación de cualidades de su personalidad.”
 
2- ¿Por qué es importante?
-       Lozano Fernández, García-Cueto y Gallo Álvaro (2000) concluyen en su estudio empírico titulado ‘Relación entre motivación y aprendizaje’ que; los alumnos con una actitud favorable al aprendizaje tiene éxito académico y los que tienen una actitud negativa fracasan, con independencia de su inteligencia, se comprobó que la motivación es un determinante en el rendimiento académico.
-       Lovera (2011) menciona que “gracias a la motivación que pueda alcanzar el maestro, el estudiante almacenará el conocimiento y lo hallará significativo, o sea, importante y relevante en su vida diaria”.

3- ¿Cómo se logra?
-       Rinaudo, de la Barrera y Donolo (1997) ilustran que “no hay combinación más perfecta que un alumno motivado para aprender y un profesor amante de su materia, con buenas herramientas para enseñarlas”. 
-       Rinaudo, de la Barrera y Donolo (1997) exponen que “el lugar que ha de asumir el profesor por hoy entonces es el de mediador que ha de guiar el pensamiento de los alumnos hacia metas apropiadas”.
-       Romero y Pérez (2009) argumentan que “una enseñanza enfocada al desarrollo de competencias es incompatible con un almacenamiento superficial de información, por el contrario implica la capacidad de transferencia del conocimiento, asociada a aprendizajes profundos y significativos propios de un individuo motivado por aprender”. 
-       Silvestre y Zilberstein (2002) sugieren lo siguiente:
a. Despertar el interés mediante el vínculo con experiencias anteriores.
b. Despertar nuevos intereses hacia el objeto de estudio. ¿Para qué se estudia, qué valor posee, qué importancia social tiene, qué resulta interesante, novedoso? ¿Qué valoración realiza el alumno o la alumna acerca del contenido objeto de estudio?
c. Lograr protagonismo del alumno en el aprendizaje.
d. La solución del obstáculo que limita el aprendizaje, la ayuda a tiempo, favorecerá que se mantenga el deseo por la realización.
e. Desarrollar la necesidad de aprender y de entrenarse en cómo hacerlo.
f. Estimular al estudiante a aprender, valorar y ajustar las metas, escucharle, respetar sus puntos de vista, atender a sus problemas, establecer compromisos, lograr una buena comunicación docente-alumno, alumno-alumno. 
- Sobre el aprendizaje personalizado, Prieto Navarro (2007) expone que;
“adecuar la práctica docente a las necesidades individuales de los estudiantes, proponiendo escenarios que impliquen a los alumnos tanto de forma individual como colectiva, tanto dentro como fuera del aula, a través de la acción directa o de las nuevas tecnologías; potenciar la autonomía de los estudiantes permitiéndoles que tomen algunas decisiones sobre su propio aprendizaje; diseñar experiencias de aprendizaje que posibiliten a cada alumno avanzar en función de sus capacidades, intereses, ritmos de aprendizaje, circunstancias familiares y sociales, etc.; favorecer su capacidad de autoapertura a través de actividades expresivas y comunicativas que incluyan también a la comunidad familiar y social; ofrecer situaciones reales como estímulos para el aprendizaje, siendo flexibles en la programación y en la puesta en práctica de las actividades y permitiendo que los propios estudiantes puedan también ser parte activa en la organización y la planificación de las mismas; utilizar la evaluación como motor para el aprendizaje, como elemento de diagnóstico de las necesidades particulares de los estudiantes y como un vehículo para su progreso personal; crear un ambiente seguro, en colaboración con el equipo docente, para que los estudiantes deseen dar lo mejor de sí mismos, proporcionar los recursos necesarios para el aprendizaje personalizado, etc”.

Referencias
Becerra Alonso, M. (2012).  Recursos que propician un aprendizaje más efectivo:         Las estrategias de aprendizaje. La Habana, Cuba: Editorial Félix Varela.
Beltrán, J.  (1993).  Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje.  Madrid:      Síntesis.
Lozano Fernández, L., García-Cueto, E., & Gallo Álvaro, P. (2000).  Relación entre      motivación y aprendizaje.  Psicothema, 12(2), 344-347.
Lovera, M. (2011).  Aprendizajes significativos a partir del enfoque geohistórico.            Ponencia ofrecida en el Congreso Internacional Pedagogía. La Habana,          Cuba.
Prieto Navarro, L. (2007).  Personalizar la enseñanza: Ideas del ayer para la      educación del mañana.  Revista OGN, 4(1), 1-5.
Rinaudo, M., de la Barrera, M., & Donolo, D. (1997).  Motivación para el   aprendizaje en alumnos universitarios.  Revista Electrónica de Motivación y    Emoción, 9(22).  Recuperado de:             http://reme.uji.es/articulos/numero22/article2/texto.html
Romero, M., & Pérez, M. (2009).  Motivar a aprender en la universidad: una        estrategia fundamental contra el fracaso académico. Aportaciones de la        investigación y la literatura especializada.  Revista Iberoamericana de              Educación, 50(5), 1-17.
Silvestre Oramas, M., & Zilberstein Toruncha, J. (2002).  Hacía una didáctica     desarrolladora. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación.