Héctor Navedo Aponte |
¿Qué significa?
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Beltrán (1993) define la motivación como “el
conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de
la conducta”.
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Romero y Pérez (2009) definen la motivación
como;
“un constructo influido por una amplia variedad de
factores, tales como las experiencias previas, la percepción sobre la propia
capacidad o competencia, las creencias de control y atribuciones causales, los
intereses e inclinaciones personales, el valor esperado, el contexto socio
cultural y familiar, etc.”
- Becerra
Alonso (2012) define aprendizaje personalizado como;
“Procedimientos
para la autoeducación de los que la persona se apropia en la actividad y la
comunicación. Al convertirse en recursos
de autorregulación le permiten alcanzar metas superiores. Se perfeccionan y transfieren. Permiten el control y la valoración en el
propio aprendizaje. Se desarrollan tanto
en el proceso de estudio que realiza la persona con la ayuda de otros
(docentes, estudiantes, y otras personas), así como en su actividad
cognoscitiva independiente, lo que contribuye a la formación de cualidades de
su personalidad.”
2- ¿Por qué es importante?
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Lozano Fernández, García-Cueto y Gallo Álvaro
(2000) concluyen en su estudio empírico titulado ‘Relación entre motivación y
aprendizaje’ que; los alumnos con una actitud favorable al aprendizaje tiene
éxito académico y los que tienen una actitud negativa fracasan, con
independencia de su inteligencia, se comprobó que la motivación es un
determinante en el rendimiento académico.
-
Lovera (2011) menciona que “gracias a la motivación que pueda alcanzar el
maestro, el estudiante almacenará el conocimiento y lo hallará significativo, o
sea, importante y relevante en su vida diaria”.
3-
¿Cómo se logra?
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Rinaudo, de la Barrera y Donolo (1997)
ilustran que “no hay combinación más perfecta que un alumno motivado para
aprender y un profesor amante de su materia, con buenas herramientas para
enseñarlas”.
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Rinaudo, de la Barrera y Donolo (1997)
exponen que “el lugar que ha de asumir el profesor por hoy entonces es el de
mediador que ha de guiar el pensamiento de los alumnos hacia metas apropiadas”.
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Romero y Pérez (2009) argumentan que “una
enseñanza enfocada al desarrollo de competencias es incompatible con un
almacenamiento superficial de información, por el contrario implica la
capacidad de transferencia del conocimiento, asociada a aprendizajes profundos
y significativos propios de un individuo motivado por aprender”.
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Silvestre y Zilberstein (2002) sugieren lo
siguiente:
a. Despertar el interés mediante el vínculo
con experiencias anteriores.
b. Despertar nuevos intereses hacia el objeto
de estudio. ¿Para qué se estudia, qué valor posee, qué importancia social
tiene, qué resulta interesante, novedoso? ¿Qué valoración realiza el alumno o
la alumna acerca del contenido objeto de estudio?
c. Lograr protagonismo del alumno en el
aprendizaje.
d. La solución del obstáculo que limita el
aprendizaje, la ayuda a tiempo, favorecerá que se mantenga el deseo por la
realización.
e. Desarrollar la necesidad de aprender y de
entrenarse en cómo hacerlo.
f. Estimular al estudiante a aprender,
valorar y ajustar las metas, escucharle, respetar sus puntos de vista, atender
a sus problemas, establecer compromisos, lograr una buena comunicación
docente-alumno, alumno-alumno.
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Sobre el aprendizaje personalizado, Prieto Navarro (2007) expone que;
“adecuar la práctica docente a las
necesidades individuales de los estudiantes, proponiendo escenarios que
impliquen a los alumnos tanto de forma individual como colectiva, tanto dentro
como fuera del aula, a través de la acción directa o de las nuevas tecnologías;
potenciar la autonomía de los estudiantes permitiéndoles que tomen algunas
decisiones sobre su propio aprendizaje; diseñar experiencias de aprendizaje que
posibiliten a cada alumno avanzar en función de sus capacidades, intereses,
ritmos de aprendizaje, circunstancias familiares y sociales, etc.; favorecer su
capacidad de autoapertura a través de actividades expresivas y comunicativas
que incluyan también a la comunidad familiar y social; ofrecer situaciones
reales como estímulos para el aprendizaje, siendo flexibles en la programación
y en la puesta en práctica de las actividades y permitiendo que los propios
estudiantes puedan también ser parte activa en la organización y la
planificación de las mismas; utilizar la evaluación como motor para el
aprendizaje, como elemento de diagnóstico de las necesidades particulares de
los estudiantes y como un vehículo para su progreso personal; crear un ambiente
seguro, en colaboración con el equipo docente, para que los estudiantes deseen dar
lo mejor de sí mismos, proporcionar los recursos necesarios para el aprendizaje
personalizado, etc”.
Referencias
Becerra Alonso, M.
(2012). Recursos que propician un aprendizaje más efectivo: Las estrategias de aprendizaje. La
Habana, Cuba: Editorial Félix Varela.
Beltrán, J. (1993).
Procesos, estrategias y técnicas
de aprendizaje. Madrid: Síntesis.
Lozano Fernández, L.,
García-Cueto, E., & Gallo Álvaro, P. (2000). Relación entre motivación y aprendizaje.
Psicothema, 12(2), 344-347.
Lovera, M. (2011). Aprendizajes
significativos a partir del enfoque geohistórico. Ponencia
ofrecida en el Congreso Internacional Pedagogía. La Habana, Cuba.
Prieto Navarro, L.
(2007). Personalizar la enseñanza: Ideas
del ayer para la educación del
mañana. Revista OGN, 4(1), 1-5.
Rinaudo, M., de la Barrera,
M., & Donolo, D. (1997). Motivación
para el aprendizaje en alumnos
universitarios. Revista Electrónica de Motivación y Emoción,
9(22). Recuperado de: http://reme.uji.es/articulos/numero22/article2/texto.html
Romero, M., & Pérez, M.
(2009). Motivar a aprender en la
universidad: una estrategia
fundamental contra el fracaso académico. Aportaciones de la investigación y la literatura
especializada. Revista Iberoamericana de
Educación, 50(5), 1-17.
Silvestre Oramas, M., & Zilberstein Toruncha, J. (2002). Hacía
una didáctica desarrolladora. La
Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación.